“Costó mucho tener este centro. La idea fue no hacer un museo tradicional, sino buscar entusiasmar a la gente sobre nuestra historia y especialmente la lucha por la defensa y el respeto a los derechos humanos”, afirmó la historiadora Margarita Durán, durante la presentación. Dijo que el Museo de la Justicia es como una antesala donde se guarda la documentación en distintas dependencias policiales.

Comentó detalles del sistema de justicia que regía a los nativos guaraníes. Dijo que los mismos buscaban el “teko katuete”, es decir, la verdadera vida. “En la justicia guaraní, la venganza significa pagar de la misma forma, 'tuguy repy', el precio de la sangre. De lo que poco conocemos de la justicia guaraní es que la venganza como en el caso de la muerte era otra muerte igual. Pero quien mataba al criminal era el pariente más cercano de la víctima, eso era justicia para ellos”, relató.

Manifestó que para entender nuestra historia no debemos dejar de lado las leyes antiguas. “Cuando se tenían las sentencias de pena de muerte, dos días antes de la ejecución ya se preparaba el lugar, se tenía una capilla donde estaba el condenado, para luego ser fusilado. Siempre un sacerdote lo acompañaba espiritualmente. Luego a tambor batiente la gente se juntaba en la plaza a ver la ejecución. La pena era una represión ante lo actuado”, manifestó.

Por otra parte, la historiadora indicó que los derechos humanos durante la dictadura fueron violentados y eran avalados por la misma ley. Estaba en la ley pero era una violación de los derechos humanos.