A seis de años de cárcel fue condenado un falso cura por el delito de estafa al demostrarse que despojo a sus feligreses de la suma de unos 500 millones de guaraníes. Se trata de Eduardo Zelaya, quien se hacía pasar por canciller de Diócesis de los Oblatos Misioneros de San José.

El mismo ofrecía en ventas inmuebles, como departamentos, residencias y estancias ubicados en Brasil y Argentina, supuestamente mal habidos recuperados por la Iglesia, logrando que las víctimas le entregaran suma millonarias en concepto de adelantos.

La sentencia fue dictada en forma unánime por los integrantes del tribunal, los jueces Victor Medina, Elsa García y Gustavo Santander.

Según se demostró, Zelaya firmaba los pagarés, que les permitiría, conforme decía a sus víctimas, recuperar la suma invertida en caso de que la operación no se concretaba, hecho que reconoció durante el juicio oral y público.

Para convencer a sus potenciales víctimas, el ahora condenado se vestía de sacerdote y los recibía en una casa ubicada en Fernando de la Mora.