La Corte Suprema de Justicia del Paraguay ha perfilado en los últimos tiempos una política para fortalecer la independencia de la Magistratura Nacional, incluyendo como componente esencial la ética judicial, dijo en su disertación el ministro Núñez, ante un respetable auditorio en la Universidad de Georgetown, fundada por el padre John Carrol, sacerdote jesuita, en 1789, una de las más antiguas y prestigiosas de los Estados Unidos.

Dentro de esa política, el alto magistrado informó al auditorio que en setiembre de 2005 la Corte aprobó el Código de Ética Judicial e instaló la Oficina de Ética Judicial, con lo que ha querido demostrar su infatigable interés en pos de un resultado provechoso para la vida en común de los ciudadanos y a la vez proteger normativamente los esfuerzos y valentía de los magistrados a la hora de aplicar la ley.

Mencionó en la ocasión que la Constitución Nacional, vigente desde el año 1992 en el Paraguay, en su artículo 247, establece que el Poder Judicial es el custodio de sus disposiciones, la interpreta y la hace cumplir, y que la misma Carta Magna, en su artículo 248, garantiza la independencia de dicho poder del Estado.

Dijo que la independencia judicial es un principio fundamental que sustenta todo el conjunto de derechos, libertades y garantías inherentes a formas democráticas de gobierno, ya que sin independencia, el magistrado no hallará la suficiente tranquilidad ni garantía para ejercer su tarea de impartir justicia.

Por último, mencionó que desde el 2010 la Corte Suprema en Paraguay viene implementando un programa de transparencia, integridad y rendición de cuentas, conjuntamente con la sociedad civil. También se ha incorporado al Plan Nacional de Integridad, diseñado como parte de los compromisos del Paraguay en el marco de lucha contra la corrupción, y que se ha abocado además, con la cooperación de las Naciones Unidas, al diseño de una matriz de indicadores de Derechos, que ha sido denominada Sistema de Indicadores sobre Derecho a un Juicio Justo