La presente es para hacer referencia al artículo periodístico del día de ayer 21 de octubre del corriente año, página 5 del diario ABC Color, que trascribe sus expresiones respecto de mi modesta persona señalando en síntesis que el suscripto sería un haragán, lo que explicaría de alguna manera el abandono del suscripto hacia la circunscripción de Alto Paraná.

El suscripto es de origen humilde y, por ende, trabajo desde los 8 años de edad y desde esa época a la presente jamás hizo faltar el gasto semanal que le corresponde a su madre, hoy con 97 años de edad y bajo cuidado exclusivo de este Ministro.

Estos datos, a más de ser un hijo natural, no reconocido, ya descartan por sí misma cualquier conjetura de que el Ministro es un haragán.

Se señala a simple título ilustrativo (sin ánimo de acceder de su magnificencia alguna medalla de honor del Parlamento) que el Ministro estudió en siete escuelas primarias (porque su madre era empleada doméstica) en la Escuela Nacional de la Capital y en la Escuela Nacional de Comercio 1, respectivamente, y luego, no sé si usted lo padeció, para poder estudiar Derecho se vio obligado a ingresar a la Universidad Católica (porque en la UNA ingresar al cursillo era imposible para quienes defendían su independencia personal. El interesado debía hacer el cursillo de ingreso en la ANR). Culminó sus estudios en la Facultad de Derecho de la UNA con el título de abogado y luego el de doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales.

Nuevamente, insisto, los haraganes pobres difícilmente logren el largo recorrido de indecibles sacrificios y privaciones sin descuidar a su madre y hermanos naturales, sin medios económicos para solventar libros, alimentos, gastos de estudios, etc., difícilmente llegan al sitial de privilegio que el Ministro remitente hoy ocupa con gran honra.

Tampoco es de haraganes administrar tres circunscripciones judiciales (Alto Paraná, Cordillera y Central) en su relacionamiento administrativo con la Corte Suprema de Justicia y demás numerosísimos órganos del Estado, controlando el regular cumplimiento de las obligaciones jurisdiccionales y administrativas de los sectores involucrados.

Tampoco es de haraganes lograr para Alto Paraná el aumento de magistrados y juzgados, por más del doble de los existentes al momento de la asunción del cargo como superintendente, lograr la habilitación y construcción de los juzgados de primera instancia de San Alberto, Minga Porä, Itakyry, Iruña, Santa Rita, Juan León Mallorquín, así como lograr la donación gratuita de inmuebles a favor de la Corte Suprema de Justicia para la sede respectiva. A la fecha se tiene ejecutado el 40 por ciento de lo que será en el futuro el Palacio de Justicia de Ciudad del Este, por valor de 38 millones de dólares, con cinco torres de altura, playa de estacionamiento, lugar de reclusión provisoria y otros compartimiento exigidos por las modernas ciencias y tecnologías en la materia en un terreno de tres hectáreas, también recibidos en donación.

Puedo seguir detallando otras actividades, pero usted no está enterada de nada y creo que el inventario precedente va a ocupar muchísimo de su tiempo para involucrarse realmente respecto de las obras y necesidades de la región a la que el azar del destino usted pretende representar.

Lamento de veras que la representación parlamentaria que ostenta no brille como el suscripto desearía, pero aún hay tiempo, porque el suscripto se retirará a fin de año y usted continuará con su gestión pública, deseando, como muestra de responsabilidad funcional, se ocupe en la noble tarea de apoyar el presupuesto general de la nación para la región del Alto Paraná, en especial aquello que pueda nivelar en realizaciones el Poder Judicial (postergado por más de 200 años), por los otros dos poderes del Estado.