Como se ha visto es importante delimitar los elementos característicos de la corrupción para abordarlo efectivamente. La comprensión de este fenómeno es esencial a la hora de establecer medidas para identificar, prevenir, detectar, investigar y sancionar los hechos de corrupción, como así mismo para resarcir los daños producidos por estos hechos.

Como ya se ha señalado, el concepto de corrupción no es unívoco pues existen diversas acepciones. Este concepto ha venido evolucionando a través del tiempo, hasta llegar a las perspectivas que las Convenciones Anticorrupción han aportado.

El Plan Nacional de Integridad 2006 – 2010 presenta una interesante síntesis del desarrollo conceptual, no obstante, consideremos de gran importancia revisar las diversas acepciones sobre el concepto de corrupción.

A) La corrupción como abuso de la posición pública:

La primera versión del Plan Nacional de Integridad que data del año 2001 considera que "la corrupción consiste en el abuso de una posición pública para la obtención de beneficios particulares que se produce cuando el funcionario acepta o pide soborno, a través de prácticas de apadrinamiento o nepotismo en la contratación del personal, o a través del robo de activos del Estado o la malversación de fondos públicos (Banco Mundial 1999:9-10) Esta definición incluye la conducta de personas o empresas particulares que ofrecen sobornos para eludir políticas y procesos públicos de manera a obtener una ventaja superior a los demás agentes privados, sin excluir la posibilidad que sea el sector privado el que desencadene en muchos casos la corrupción en el sector público".