La corrupción afecta directamente la calidad de vida de las personas porque incide en el desarrollo de los bienes públicos. Entre otras cosas, encarece el costo de los servicios públicos. Por ejemplo, la agilidad de los trámites y la calidad de los servicios, están subordinados a la capacidad para el pago de coimas, lo cual establece profundas desigualdades.

La calidad de vida, consiste en un conjunto de factores que permiten a la ciudadanía vivir dignamente, lo cual implica la cobertura de sus necesidades básicas y el acceso a los sistemas de salud, educación, seguridad, recreación. De esta manera y a modo de ejemplo cuando en un Centro de Salud se malversan los insumos necesarios para la atención, esto atenta contra el derecho de los ciudadanos que dependen de este servicio, con el consecuente deterioro de su salud.

La corrupción incide no solo en la eficiencia de la gestión de las organizaciones, sino que además destruye la confianza pública en las mismas y genera graves problemas de gobernabilidad. Las personas ven sus necesidades insatisfechas y la democracia se ve profundamente afectada. El impacto se registra en todos los ámbitos: social, económico, político e institucional.