Tanto en los datos totales como en los datos desagregados por edad puede observarse un aumento de los casos de coacción sexual. Las mujeres siguen siendo las principales víctimas de este tipo de violencia, que vale destacar, implica además una amenaza fehaciente para la salud mental de la víctima y el pleno goce de todos sus derechos. La diferencia evidenciada entre el índice de víctimas de sexo femenino y sexo masculino refleja la fuerte discriminación que perjudica directamente a las mujeres, en particular a las menores de edad. Esta situación de violencia es tanto consecuencia como causa de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra la mitad de la población.